miércoles, 19 de agosto de 2015

Historia De La Agricultura



   Historia de la agricultura




La agricultura es el arte del cultivo y explotación de la tierra con el objeto de obtener productos con fines humanos o con destino a los animales domésticos.



Existen variadas disciplinas y toda una infraestructura agrícola, científica e industrial alrededor de estas actividades. Se incluyen en estas prácticas el estudio, acondicionamiento de las tierras, cultivo, desarrollo, recolección, transformación, distribución, entre otras.



Se trata de una actividad muy antigua, con origen en la prehistoria, y es actualmente un sector económico indispensable y fundamental en la alimentación mundial.



Se estima que la agricultura se ha desarrollado desde hace unos 8.000 a 10.000 años. Desde entonces todos los pueblos de la Tierra han reconocido el valor que las plantas cultivadas tienen para la alimentación humana y de los animales domésticos.



Algunos vegetales se han hecho tradicionales en muchos países, e incluso en determinados de ellos se han convertido en monocultivos, y en la fuente más importante de ingresos.



Entre las variadas producciones agrícolas, se distinguen algunos productos muy importantes para el ser humano, tales como los cereales, trigo, maíz, centeno, arroz, caña de azúcar, remolacha azucarera, aceite, verduras y frutas.



En cuanto a la alimentación animal, son importantísimos los piensos a base de granos de la soja, maíz forrajero y sorgo.



No todas las producciones agrícolas tienen valor alimentario, también existen numerosos cultivos dedicados a producir materias para la industria, tales como el caucho, semillas oleaginosas para fabricar pinturas o compuestos químicos sintéticos, plantas para la obtención de fibras.




Se reconoce el valor de la agricultura al comprobar que casi la mitad de la población mundial se dedica a esta actividad, aunque es cierto que su distribución es muy variable. Así, mientras que en África y Asia superan el 60 por ciento de la población, en los Estados Unidos y Canadá apenas alcanza el 5 por ciento. Por su parte, en América del Sur la población dedicada a estas tareas es casi la cuarta parte; en Europa Occidental supone alrededor del 7 por ciento; y en los países de la Federación Rusa y los englobados en la antigua Unión Soviética alcanza el 15 por ciento.


Tipos de agricultura



En el neolítico se practicaba una agricultura itinerante (y que todavía hoy practican algunos pueblos primitivos), que consistía en abandonar las tierras una vez han sido agotados sus recursos y buscar nuevos suelos productivos. Actualmente la agricultura ha evolucionado hasta alcanzar carácter industrial, donde la ingeniería genética, química y tecnología mecánica juegan papeles fundamentales.



Se distinguen varios tipos de agricultura:



Extensiva



La agricultura extensiva es aquella en la que se realizan labores sencillas, y en los que se emplean abonos orgánicos, como estiércoles, prescindiendo totalmente de los fertilizantes artificiales. Es un tipo de agricultura defendible desde el punto de vista ecológico, pues la tierra no suele estar sujeta a la presión que imprimen otras actividades, como la agricultura intensiva o industrial.



Intensiva o industrial



La agricultura intensiva o industrial es aquella en la que se realizan labores complejas, y que depende totalmente de fertilizantes artificiales para su óptimo desarrollo. Los suelos producen habitualmente de forma continuada, lo que implica la necesidad de restituir también continuamente los elementos minerales que ya fueron asimilados por las plantas; esto supone tener que enfrentarse a la larga a variados problemas medioambientales, derivados no sólo del frecuente uso de productos químicos, sino también de la imperiosa necesidad de asegurar las cosechas contra plagas y enfermedades mediante pesticidas, herbicidas, etc., que pueden terminar finalmente introduciéndose en la cadena alimenticia.



Biológica



La agricultura biológica nació para dar respuesta a los problemas planteados por la agricultura intensiva. Se trata de una actividad cada vez más demandada por los consumidores, respetuosa con el medio ambiente y la salud. Este tipo de agricultura recurre a métodos naturales para luchar contra las enfermedades y plagas, y rechaza la utilización de pesticidas y fertilizantes sintéticos.



Parcelaria



La agricultura parcelaria está limitada a superficies dispersas y reducidas. Existen muchas regiones en el mundo que por sus características orográficas están dedicadas a este tipo de agricultura. Un ejemplo son los andenes o terrazas andinas prehispánicas y que aún existen en la altiplanicie guatemalteca, donde se cultiva maíz, alubias y calabazas; y café en las zonas más bajas de las laderas.



Monocultivo



La agricultura de monocultivo es una actividad que está especializada en un único producto. Aunque los agricultores de subsistencia de todo el mundo suelen cultivar variados vegetales, no suele ser así en el caso de las grandes explotaciones de carácter comercial. Así, muchas explotaciones producen sólo café, té, cereales, cacao, o caucho. Un ejemplo es la dependencia de Tailandia del arroz, que es uno de los mayores productores del mundo de esta graminácea; o Sri Lanka, que depende enteramente de la producción de té.

Cuando se dedica una superficie a la producción de una sola especie, suele proporcionar mayores beneficios económicos, ya que se simplifica la gestión del suelo, la producción y su comercialización. Sin embargo, puede dar lugar a la concentración de plagas que, aunque habitualmente suelen ser controladas, pueden en ocasiones producir la devastación y pérdida de la producción. La diversidad de cultivos es una ventaja contra este problema, pero está limitada por las características de los suelos, clima, y otros factores de carácter económico.
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/AgriculturaHistoria.htm


                                             http://www.ambientum.com/img_boletin/noticia/agricultura24.jpg

Los orígenes de la agricultura:

Sin una máquina del tiempo, es imposible saber la fecha exacta en la que el primer ser humano tuvo una semilla en su mano y pensó: "Si siembro esto en el suelo, sabré exactamente dónde encontrar comida dentro de unos meses".

Lo que sí sabemos es que en algún momento cerca del año 8,500 AC, los humanos en el Creciente Fértil (una zona que se extiende a lo largo de lo que hoy día es Egipto, Israel, Turquía e Iraq), comenzaron a sembrar granos en lugar de cosecharlos silvestres.

Para el 7,000 AC, comenzaron también a domesticar animales tales como ovejas, cerdos y cabras. Mil años después domesticaron el ganado.

Antes de la llegada de la agricultura, los humanos eran nómadas, viajaban constantemente en busca de animales salvajes y granos silvestres. Con el aumento de la agricultura, como fuente de alimento centralizada y predecible, tenían un incentivo para quedarse. Empezaron a formar ciudades.

De esta manera, la agricultura empezó a cambiar no sólo la dieta humana, sino también la civilización humana.



 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD8qPyuHVrOM4qbAeGQ3KWBCmOsF5YjHdI_jVu8Aiyz2g43-uieldpuxbuqs4e9zLxr3UN_yU5lgdVcSHfq6GmxVSWoAlViz-u9OVlgKrxIuiIhTcK6hFzuxsXE_6hOBW9DNJKaQYGLUI/s1600/Foto+3+recolecci%25C3%25B3n2.jpg


Avance gradual
En los siguientes 8,500 años, la agricultura evolucionó con lentitud. A través de ensayo y error, los agricultores en todo el mundo empezaron a mejorar genéticamente las plantas.

Notaron naturalmente que no todas las plantas dentro de una especie eran iguales. Algunas crecían más, tenían mejor sabor o eran más fáciles de moler para hacer harina. Empezaron a guardar semillas de las mejores plantas y sembrarlas para la cosecha del próximo año.

Por cientos de generaciones, esto condujo a la transformación de plantas silvestres en las verduras y granos más grandes y sabrosos que conocemos hoy día.

Durante la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, las herramientas de piedra y de madera se reemplazaron con herramientas de metal más eficientes. Sin embargo, la agricultura continuó siendo una actividad intensa y laboriosa que ocupaba mucho tiempo y que incluía a cerca del 80 por ciento de la población mundial.

La revolución agrícola
De 800 a 1400 D.C., las herramientas agrícolas permanecieron sin cambio alguno. Los primeros colonos en América del Norte usaban arados que no eran diferentes ni mejores a los que se usaban durante el Imperio Romano.

Durante los siglos 18 y 19, la innovación agrícola se disparó. El diseño del arado mejoró y un inglés de nombre Jethro Tull inventó la primera máquina de sembrar del mundo, un aparato que permitía sembrar las semillas en hileras rectas y ordenadas. Poco tiempo después siguió el equipo mecánico para cosechar tirado por caballos, como la segadora de Cyrus McCormick.

Los agricultores ahora podían sembrar y cosechar en una fracción del tiempo que les tomaba antes. La productividad de la agricultura se disparó.

La industrialización
Durante el siglo 20, las máquinas operadas con gasolina comenzaron a reemplazar al equipo tradicional tirado por caballos. Esto, combinado con los adelantos en la tecnología de fertilizantes y pesticidas después de la Segunda Guerra Mundial, permitió otro salto en la productividad de la agricultura.

La nueva eficiencia tecnológica significaba que los agricultores podían administrar más terrenos. Con el tiempo, esto produjo menos pero mayores granjas. Para los países desarrollados, también llevó a un cambio en la fuerza laboral. En los Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de la fuerza trabajadora dedicada a la agricultura se redujo del 40% (en 1900), a solo 2% (en 2000).


Como menos personas vivían en las granjas, fue fácil olvidarse de cómo se producían, procesaban y enviaban los cultivos. En los países más desarrollados, el alimento se convirtió en un artículo disponible y al alcance del bolsillo que venía "de otra parte".
http://www.monsanto.com/global/lan/mejorar-la-agricultura/pages/breve-historia-de-la-agricultura.aspx


                                      http://spanish.peopledaily.com.cn/mediafile/201211/07/F201211071343005880820516.jpg


Historia De La Agricultura



   Historia de la agricultura




La agricultura es el arte del cultivo y explotación de la tierra con el objeto de obtener productos con fines humanos o con destino a los animales domésticos.



Existen variadas disciplinas y toda una infraestructura agrícola, científica e industrial alrededor de estas actividades. Se incluyen en estas prácticas el estudio, acondicionamiento de las tierras, cultivo, desarrollo, recolección, transformación, distribución, entre otras.



Se trata de una actividad muy antigua, con origen en la prehistoria, y es actualmente un sector económico indispensable y fundamental en la alimentación mundial.



Se estima que la agricultura se ha desarrollado desde hace unos 8.000 a 10.000 años. Desde entonces todos los pueblos de la Tierra han reconocido el valor que las plantas cultivadas tienen para la alimentación humana y de los animales domésticos.



Algunos vegetales se han hecho tradicionales en muchos países, e incluso en determinados de ellos se han convertido en monocultivos, y en la fuente más importante de ingresos.



Entre las variadas producciones agrícolas, se distinguen algunos productos muy importantes para el ser humano, tales como los cereales, trigo, maíz, centeno, arroz, caña de azúcar, remolacha azucarera, aceite, verduras y frutas.



En cuanto a la alimentación animal, son importantísimos los piensos a base de granos de la soja, maíz forrajero y sorgo.



No todas las producciones agrícolas tienen valor alimentario, también existen numerosos cultivos dedicados a producir materias para la industria, tales como el caucho, semillas oleaginosas para fabricar pinturas o compuestos químicos sintéticos, plantas para la obtención de fibras.




Se reconoce el valor de la agricultura al comprobar que casi la mitad de la población mundial se dedica a esta actividad, aunque es cierto que su distribución es muy variable. Así, mientras que en África y Asia superan el 60 por ciento de la población, en los Estados Unidos y Canadá apenas alcanza el 5 por ciento. Por su parte, en América del Sur la población dedicada a estas tareas es casi la cuarta parte; en Europa Occidental supone alrededor del 7 por ciento; y en los países de la Federación Rusa y los englobados en la antigua Unión Soviética alcanza el 15 por ciento.


Tipos de agricultura



En el neolítico se practicaba una agricultura itinerante (y que todavía hoy practican algunos pueblos primitivos), que consistía en abandonar las tierras una vez han sido agotados sus recursos y buscar nuevos suelos productivos. Actualmente la agricultura ha evolucionado hasta alcanzar carácter industrial, donde la ingeniería genética, química y tecnología mecánica juegan papeles fundamentales.



Se distinguen varios tipos de agricultura:



Extensiva



La agricultura extensiva es aquella en la que se realizan labores sencillas, y en los que se emplean abonos orgánicos, como estiércoles, prescindiendo totalmente de los fertilizantes artificiales. Es un tipo de agricultura defendible desde el punto de vista ecológico, pues la tierra no suele estar sujeta a la presión que imprimen otras actividades, como la agricultura intensiva o industrial.



Intensiva o industrial



La agricultura intensiva o industrial es aquella en la que se realizan labores complejas, y que depende totalmente de fertilizantes artificiales para su óptimo desarrollo. Los suelos producen habitualmente de forma continuada, lo que implica la necesidad de restituir también continuamente los elementos minerales que ya fueron asimilados por las plantas; esto supone tener que enfrentarse a la larga a variados problemas medioambientales, derivados no sólo del frecuente uso de productos químicos, sino también de la imperiosa necesidad de asegurar las cosechas contra plagas y enfermedades mediante pesticidas, herbicidas, etc., que pueden terminar finalmente introduciéndose en la cadena alimenticia.



Biológica



La agricultura biológica nació para dar respuesta a los problemas planteados por la agricultura intensiva. Se trata de una actividad cada vez más demandada por los consumidores, respetuosa con el medio ambiente y la salud. Este tipo de agricultura recurre a métodos naturales para luchar contra las enfermedades y plagas, y rechaza la utilización de pesticidas y fertilizantes sintéticos.



Parcelaria



La agricultura parcelaria está limitada a superficies dispersas y reducidas. Existen muchas regiones en el mundo que por sus características orográficas están dedicadas a este tipo de agricultura. Un ejemplo son los andenes o terrazas andinas prehispánicas y que aún existen en la altiplanicie guatemalteca, donde se cultiva maíz, alubias y calabazas; y café en las zonas más bajas de las laderas.



Monocultivo



La agricultura de monocultivo es una actividad que está especializada en un único producto. Aunque los agricultores de subsistencia de todo el mundo suelen cultivar variados vegetales, no suele ser así en el caso de las grandes explotaciones de carácter comercial. Así, muchas explotaciones producen sólo café, té, cereales, cacao, o caucho. Un ejemplo es la dependencia de Tailandia del arroz, que es uno de los mayores productores del mundo de esta graminácea; o Sri Lanka, que depende enteramente de la producción de té.

Cuando se dedica una superficie a la producción de una sola especie, suele proporcionar mayores beneficios económicos, ya que se simplifica la gestión del suelo, la producción y su comercialización. Sin embargo, puede dar lugar a la concentración de plagas que, aunque habitualmente suelen ser controladas, pueden en ocasiones producir la devastación y pérdida de la producción. La diversidad de cultivos es una ventaja contra este problema, pero está limitada por las características de los suelos, clima, y otros factores de carácter económico.
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/AgriculturaHistoria.htm


                                             http://www.ambientum.com/img_boletin/noticia/agricultura24.jpg

Los orígenes de la agricultura:

Sin una máquina del tiempo, es imposible saber la fecha exacta en la que el primer ser humano tuvo una semilla en su mano y pensó: "Si siembro esto en el suelo, sabré exactamente dónde encontrar comida dentro de unos meses".

Lo que sí sabemos es que en algún momento cerca del año 8,500 AC, los humanos en el Creciente Fértil (una zona que se extiende a lo largo de lo que hoy día es Egipto, Israel, Turquía e Iraq), comenzaron a sembrar granos en lugar de cosecharlos silvestres.

Para el 7,000 AC, comenzaron también a domesticar animales tales como ovejas, cerdos y cabras. Mil años después domesticaron el ganado.

Antes de la llegada de la agricultura, los humanos eran nómadas, viajaban constantemente en busca de animales salvajes y granos silvestres. Con el aumento de la agricultura, como fuente de alimento centralizada y predecible, tenían un incentivo para quedarse. Empezaron a formar ciudades.

De esta manera, la agricultura empezó a cambiar no sólo la dieta humana, sino también la civilización humana.



 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD8qPyuHVrOM4qbAeGQ3KWBCmOsF5YjHdI_jVu8Aiyz2g43-uieldpuxbuqs4e9zLxr3UN_yU5lgdVcSHfq6GmxVSWoAlViz-u9OVlgKrxIuiIhTcK6hFzuxsXE_6hOBW9DNJKaQYGLUI/s1600/Foto+3+recolecci%25C3%25B3n2.jpg


Avance gradual
En los siguientes 8,500 años, la agricultura evolucionó con lentitud. A través de ensayo y error, los agricultores en todo el mundo empezaron a mejorar genéticamente las plantas.

Notaron naturalmente que no todas las plantas dentro de una especie eran iguales. Algunas crecían más, tenían mejor sabor o eran más fáciles de moler para hacer harina. Empezaron a guardar semillas de las mejores plantas y sembrarlas para la cosecha del próximo año.

Por cientos de generaciones, esto condujo a la transformación de plantas silvestres en las verduras y granos más grandes y sabrosos que conocemos hoy día.

Durante la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, las herramientas de piedra y de madera se reemplazaron con herramientas de metal más eficientes. Sin embargo, la agricultura continuó siendo una actividad intensa y laboriosa que ocupaba mucho tiempo y que incluía a cerca del 80 por ciento de la población mundial.

La revolución agrícola
De 800 a 1400 D.C., las herramientas agrícolas permanecieron sin cambio alguno. Los primeros colonos en América del Norte usaban arados que no eran diferentes ni mejores a los que se usaban durante el Imperio Romano.

Durante los siglos 18 y 19, la innovación agrícola se disparó. El diseño del arado mejoró y un inglés de nombre Jethro Tull inventó la primera máquina de sembrar del mundo, un aparato que permitía sembrar las semillas en hileras rectas y ordenadas. Poco tiempo después siguió el equipo mecánico para cosechar tirado por caballos, como la segadora de Cyrus McCormick.

Los agricultores ahora podían sembrar y cosechar en una fracción del tiempo que les tomaba antes. La productividad de la agricultura se disparó.

La industrialización
Durante el siglo 20, las máquinas operadas con gasolina comenzaron a reemplazar al equipo tradicional tirado por caballos. Esto, combinado con los adelantos en la tecnología de fertilizantes y pesticidas después de la Segunda Guerra Mundial, permitió otro salto en la productividad de la agricultura.

La nueva eficiencia tecnológica significaba que los agricultores podían administrar más terrenos. Con el tiempo, esto produjo menos pero mayores granjas. Para los países desarrollados, también llevó a un cambio en la fuerza laboral. En los Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de la fuerza trabajadora dedicada a la agricultura se redujo del 40% (en 1900), a solo 2% (en 2000).


Como menos personas vivían en las granjas, fue fácil olvidarse de cómo se producían, procesaban y enviaban los cultivos. En los países más desarrollados, el alimento se convirtió en un artículo disponible y al alcance del bolsillo que venía "de otra parte".
http://www.monsanto.com/global/lan/mejorar-la-agricultura/pages/breve-historia-de-la-agricultura.aspx


                                      http://spanish.peopledaily.com.cn/mediafile/201211/07/F201211071343005880820516.jpg